En el primer piso (salas I y II) de la Galería Lucía de la Puente se encuentra Juego, primera exposición individual de Jaime Liébana. Liébana (Trujillo, 1947) es conocido principalmente por sostener una de las más importantes colecciones de arte popular peruano, sobre la cual recientemente se ha publicado el notable catálogo Del cielo y la tierra. La colección de arte popular de Vivian y Jaime Liébana (Lima: UNSMP, 2011).

La colección, iniciada en 1971, recoge objetos –piezas de admirable factura, asociadas a festividades y costumbres populares– producidos entre el siglo XVI y el presente. Desde keros virreinales hasta máscaras de metal, pasando por retablos y tablas de Sarhua, sus piezas ofrecen una fascinante imagen de la vida cultural, religiosa y festiva del país. Fue sin duda este continuo trabajo de selección y recuperación del imaginario popular lo que invitó a Liébana a la producción propia: al fino diseño de muebles con motivos coloniales y republicanos, pero también a la creación artística, más personal y lúdica, exhibida ahora en Juego.

Liébana exhibe aquí una heterogénea y cuantiosa reunión de piezas (cuadros, muebles, esculturas, rompecabezas, etc.) producidas entre 2002 y 2011. Ahora bien, lo que primero y más evidentemente llama la atención es la omnipresencia, bajo distintos formatos y excusas, de la imagen del falo en prácticamente toda la muestra. Por ejemplo, For royal uses and abuses es una fina caja de madera dentro de la cual encontramos un largo consolador de fierro dorado, y 21 puntas de distintos tamaños. El tacto de lo kistch pervive también en Maniquí (2004), trabajada escultura de madera coronada por un una cabellera con forma de glande; o en Incómoda (2003), mueble de enrevesado diseño y chirriantes tonos.

Sin embargo, pasada la primera impresión, Juego ofrece una segunda lectura. Esta rocambolesca reunión de objetos funciona en gran medida como contrapunto –lúdico, erótico– a la rigurosa labor coleccionista de Liébana. Como si el artista hubiese bebido del exuberante imaginario recogido por el coleccionista –de sus soportes, de sus formatos y de sus excesos–, y se hubiera permitido la conducción de un ritual propio, de una festividad profana.

Una pieza como Bombardeo de Berlín (2008) nos muestra un lugar común del mundo desencantado de la posguerra; empero, este tópico es figurado a manera de falos de vivos colores, cayendo uno sobre otro, y bordeados por un impresionante marco barroco. En esa misma línea, la sala II es prácticamente una instalación, conformada por muebles y objetos cuidadosamente labrados, que sirven de marco para una proyección en video del Kanamara Matsuri, el festival japonés del pene. En este intenso juego con el exceso reside el atractivo de la muestra.

El segundo piso (sala de proyectos) presenta Decierto, excelente serie de fotografías de Musuk Nolte (México, 1988).

Más sobre Juego de Jaime Liébana acá y acá.

Lugar: Galería Lucía de la Puente

Fechas: 25 de noviembre de 2011 a 5 de enero de 2012.

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Horacio Ramos es Investigador en el Museo de Arte de Lima.